TRANSMISIONES DE ORIÓN #1 2023
12 de enero de 2023. Orión sobre la Verdad
Sí, sí. El despliegue de la Verdad está ocurriendo ahora, incluso en aquellos que durante mucho tiempo la han negado. Esta es la era de la Verdad. Desde luego, como saben, la verdad se puede decir de una manera agradable y, de este modo, alcanzará su objetivo. Quien tiene la verdad en su interior tiene el justo deber de impartir esa verdad siempre que sea posible. Sin embargo, hay varias maneras de impartir la verdad.
Una es a través del habla. Si la verdad se va a decir a través del habla, uno debe elegir cuidadosamente no solo las palabras en sí, sino también el momento de la entrega y el destinatario de dicha entrega.
Otra forma de impartir la Verdad puede ser a través de la palabra escrita, nuevamente con cautela y claridad. Además, la verdad se puede impartir a través del sonido, la música, la poesía o a través de cualquier vía de las artes creativas.
Muchos grandes seres cuya mera presencia se dice que es inspiradora, incluso esclarecedora para algunos, eligen el camino sin palabras, sin entrega material. En cambio, eligen simplemente vivir la Verdad y afectar a las masas por la forma en que conducen sus vidas, la forma en que caminan por la vida, la forma en que se comportan y cómo tratan a quienes los rodean. Diríamos que esta es de todas, la forma más elevada de impartir la verdad en un mundo tan desprovisto de ella.
Cuando se elige caminar por el camino de la Verdad, su silencio habla más alto y claro de lo que cualquier palabra podría hablar. Uno aprende simplemente respirando el mismo aire sublime de este ser humano que camina con la Divinidad.
Sin embargo, cuando se tiene la oportunidad de impartir la sabiduría que se ha recibido, háganlo de manera discreta, sin expectativas, sin orgullo ni conciencia de la propia grandeza. Siempre remítanse al Todopoderoso cuando reciban elogios por decir la verdad. Recibir y dar de la misma manera. Así, uno genera la bendición de la GRACIA.
Sobre el Estado Actual del Mundo|
Con respecto al estado actual del mundo, ya les hemos advertido, a todos ustedes, sobre el comienzo de estos tiempos más oscuros. ¡Este no es un desarrollo repentino e inesperado en la historia de la humanidad! Todas las señales apuntaban a esto. Sin embargo, muchos no estaban preparados para oír ni dispuestos a ver las señales que tenían delante. Tal vez estaban demasiado ocupados en disfrutar de las riquezas de la vida o absortos en su búsqueda de la fama o riqueza, diversión u ostentosos éxitos, y estas advertencias llegaron más como una interrupción no deseada del despliegue de sus dramas cotidianos.
Aquellos que escucharon se han preparado para estos tiempos. Los que no lo hicieron quedarán atrapados en la crisis. Otros optaron por sumergirse en teorías de conspiración, perdidos en la charla incesante sobre causa y efecto, eligiendo a quién culpar en lugar de como salir del fango.
Las respuestas no se encuentran ni se han encontrado nunca en el ámbito político. Aquellos de ustedes que elijan ir por ese camino, en un intento por resolver los conflictos del mundo, se darán cuenta de que no hay fin para el deambular mental que puede resultar en nada más que la repetición de lo mismo, como una rata en un laberinto. Efectivamente, así es el ámbito político.
Sobre Escuchar la Tierra y Vivir en Armonía
Creen zonas seguras, lugares de Luz, donde toda vida sea respetada como sagrada, donde humanos y animales vivan en armonía.
Esfuércense por ser más autosuficientes.
Cultiven su propia comida y cuando sea posible desarrollen una red con otros que puedan intercambiar semillas y productos.
Aprendan a caminar ligeramente sobre la Tierra.
Escuchen
Escuchen a los árboles.
Escuchen a los pájaros.
Escuchen a la Tierra mientras los llama hacia Ella.
Estos son tiempos profundamente perturbadores y caóticos. Son tiempos que dividen familias y desgarran las raíces más profundas. Sin embargo, estos son también los tiempos del gran retorno.
Escuchen. Escuchen. Escuchen.
El llamado está en el viento.
Escuchen. Escuchen. Escuchen.
Bendiciones para todos ustedes.
Somos,
ORIÓN.
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